A lo largo de los siglos, el amor ha sido fuente de inspiración para toda clase de escritores, debido a que el amor puede ser considerado como el vínculo fundamental de la unidad universal.

EL AMOR EN LA ÉPOCA.


PRERRENACIMIENTO.
El siglo XV se considera una época de transición en la cual entra en crisis el sistema de valores que había caracterizado la Edad Media y se va confirmando la actitud vitalista propia del renacimiento. A este periodo de tiempo se le denomina Prerrenacimiento.
El amor en esta  época.
El amor en la poesía se considera a la mujer inaccesible y a ella se dirige el trovador con las canciones que declaraban su amo, pero es un amor imposible tanto por la propia pureza de la dama como por tratarse habitualmente de una mujer casada. Entre dama y trovador se establece una situación similar a la relación entre señor y vasallo. El concepto de amor cortes surgió en la corte de Provenza y de allí pasó a la lírica galaico - portuguesa medieval y a la lírica castellana.
El amor es en La Celestina la fuerza que mueve a sus personajes.
La fuerza del amor es tan grande que en ocasiones llega a suplantar el culto a Dios y a convertirse en una especie de religión.

EL AMOR EN EL RENACIMIENTO.
El Renacimiento como una época que se dio entre los siglos XV y XVI caracterizada por una vuelta al clasicismo greco-romano.
Hay una explosión de la vida, quedando atrás la oscuridad medieval. El progreso de las ciudades y sus habitantes se hace notable y es la alegría por la vida el sentimiento que impera en esta época. La visión del amor da un cambio radical respecto a épocas pasadas.
El amor pasa a ser de cortejo, lo cual era completamente nuevo para el hombre y la mujer, era de tipo emocional y se basaba en el respeto y la admiración mutuos, lo que elevaba a la mujer que siempre había estado al servicio del hombre, a tener personalidad propia con grandes aspiraciones.
Dadas las circunstancias, la Iglesia nunca estuvo de acuerdo con estas tendencias y promovió desde sus filas la lucha contra esta corriente, ya que se trataba de un amor alegre y placentero, desencadenando una auténtica caza de brujas.
Había muchas historias reales de amor platónico e intenso y en la literatura se mezclaron el “amor perfecto”, con orgías, incestos, intercambios conyugales...  .
El matrimonio, hasta entonces, no tenía nada que ver con el amor, sino que se trataba de una mera transacción comercial por la dote, y era habitual casar a las niñas con 14 ó 16 años.
En el Renacimiento el concepto de amor era mucho más puro que ahora, era lo que llamamos amor cortés, es decir, consta de ciertas características primordiales que lo diferencian de cualquier otro “tipo” de amor, llámense estos pasionales, sexuales, etc. Estas son, principalmente la humildad, cortesía, adulterio y religión de amor. Sumadas a estas cabe mencionar también cierto deje de utopía y desinterés, ya que el amante, el noble caballero,no busca como fin primordial o último conseguir que su amor sea correspondido, sino que se conforma con el sólo hecho de adular y exaltar a su dama sin exigirle nada a cambio. El amante muestra hacia su dama  una devoción que llega casi a ser como la adoración a Dios o a cualquier otro tipo de dioses o imágenes religiosas, es decir, la dama pasa a ser una especie de especie sagrada a la hora de amar.
El amor cortesano es, además, sufrido y muy difícil, esto porque para conseguir que realmente se consume o se viva como tal debe pasar por una serie de “ritos” mas vulgarmente por una serie de cosas. El caballero debe sufrir, debe luchar realmente por esa dama si la ama como se supone que la ama. El amor por dolor, sufrido, es el instrumento de perfección espiritual, es el estado en el cual los amantes alcanzan una felicidad plena.
Sin embargo, el amor de hoy en día, cuando no es correspondido causa dolor, sí, pero lo que hacemos es buscar la felicidad con otro amor distinto y así terminar con el sufrimiento.




W. Shakespeare está presente tanto en el Renacimiento como en el Barroco.
El Renacimiento se define por un conjunto de rasgos que podemos agrupar en tres bloques: la recuperación de la cultura clásica grecolatina, la valoración de lo humano y la búsqueda de la perfección ideal.
Los tres rasgos que definen la literatura renacentista son: el amor, la naturaleza, la mitología clásica y el comportamiento humano.
el Barroco concretó los caracteres anteriores en una serie de temas recurrentes: la literatura del siglo XVII continúa los temas renacentistas (amor, naturaleza, mitología y comportamiento humano), aunque alterando sus sentidos; la reflexión moral sobre el paso del tiempo, así como el análisis de los defectos humanos; el asunto religioso, abordado por multitud de autores que ven a Dios como única esperanza de salvación y sentido de la vida; y, por último, junto a los temas derivados del desengaño, el Barroco ofrece también el canto de los goces de la vida y del presente.

LITERATURA SIGLO XXI.

Libros con historias con la esencia del dia de hoy, con ambientes, lugares, personajes, situaciones, vocabulario, que cualquier persona puede entender y que de algún modo, estrecha lazos con la gente. La literatura actual está en continuo cambio, cada libro relata una historia diferente sobre el amor entre adolescentes. Historias entre jóvenes apasionadas con un gran hincapié en que el “primer amor nunca se olvida”. Un amor con el mismo sentimiento que en la obra Romeo y Julieta, pero en una época diferente. Un gran maestre de estos primeros años del siglo XXI es sin duda Federico Moccia, cautivando a miles de personas.




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